Lectura de verano, II
Nuestros oídos han ido evolucionando para ser nuestro sistema de alarma. Y en los lugares donde no cantan los pájaros nos ponemos en estado de máxima alerta. Vivir en una ciudad significa vivir acobardados para siempre.
"Pégate a mi", me decías, "¿Por qué estás tan lejos?"
Si existe el hogar es para meter a cierta gente dentro y dejar fuera a toda la demás
Me acuerdo del día. Cogiste un taxi de cincuenta dólares desde el trabajo y me abrazaste, en la misma puerta, hasta que dejé de temblar. Ya se lo habíamos dicho a la gente. Ahora tendríamos que desdecirnos. Lo hiciste tú para que yo no tuviera que dar explicaciones. Después me preparaste una cena con todas las cosas que me habían prohibido comer. Embutido, queso sin pasteurizar. Dos botellas de vino y luego, por fin, a dormir.
"¿Cómo es posible? - dice el filósofo -. "¡Pero si es una de las mejores personas que he conocido!" Ella ya lo sabe, ya lo sabe. Por eso mismo se plantea la pregunta. ¿Lo maltrató o le hizo daño o fue desleal con él?
La primera vez que follaron después de que ella se enterase. Dios, Dios. Desde arriba, él miraba el cuerpo de ella, que no era el cuerpo de la chica, y ella, alzando la vista, miraba el rostro de él, que no era su rostro. "Siento haber dejado que te sintieras tan solo", le dijo ella más tarde. "Deja de pedir disculpas", dijo él.
Yo esperaba figurar en tu recuerdo más feliz
Departamento de especulaciones. Jenny Offill. 2016
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